Muchas mujeres creen que su cita ha ido bien y esperan que les pidan una segunda cita. Imagínate la sorpresa que se llevarán cuando el chico las acompañe a su casa y no les pida esa segunda cita… O, peor aún, que ni siquiera las acompañe. Podrían haber evitado llevarse esa decepción si se hubiesen fijado en el lenguaje corporal para saber cómo se sentía él durante la cita.
Estos son los tres gestos corporales en los que deberías fijarte para saber si le gustas de verdad.
- Bromean con buen gusto
Generalmente los hombres bromean de dos modos. El primero es una especie de mecanismo de defensa con el que intentan ocultar sus nervios o su inseguridad ante algo. Puedes notar la diferencia cuando se sienten seguros de sí mismos y les gustas. Su sentido del humor te hará sentir bien y no tiene nada que ver con la agresividad pasiva, el humor sarcástico o una excesiva tensión sexual.
- Contacto visual
Estás bebiendo una copa de vino, miras por encima del borde de la copa y ves que él te está mirando. Si le pillas haciéndolo y no aparta la mirada, es buena señal. Y si te sonríe, resiste la tentación de apartar la mirada; sonríele y mantén el contacto visual. Al hacerlo le muestras que confías en ti misma y que te atrae tanto como tú a él.
Obviamente, si no te sientes cómoda haciéndolo puedes fingir timidez. Por ejemplo, si le pillas intentado hacer contacto visual, hazlo. Aguanta su mirada durante unos segundos y a continuación aparta la mirada. Lo más probable es que lo interprete positivamente, aunque pensará que eres algo tímida. Aun así, se sentirá intrigado e intentará conquistarte.
- Contacto físico
Que él intente tocarte de algún modo es una prueba definitiva de que le atraes. Pero debes interpretar correctamente el gesto. Si tienes una cita y te toca muy pronto, puede ser que le atraigas, pero también puede que solo busque sexo y nada más. Si no te toca lo suficiente puede que no se sienta cómodo o que no se sienta atraído.
Puedes tantear el terreno devolviéndole el toque. Por ejemplo, si le tocas el brazo mientras habláis, le estás indicando que él también puede tocarte. Él podría empezar rozando tu mano con sus dedos cuando te pase una copa o colocar su mano en la parte inferior de tu espalda para conducirte a través de la puerta. Cualquiera de esos gestos es buena señal e indica que las posibilidades de tener una segunda cita son altas.